Filtralite
Connecting Waterpeople
Sivortex Sistemes Integrals
Innovyze, an Autodesk company
AGS Water Solutions
RENOLIT ALKORPLAN
LABFERRER
Lama Sistemas de Filtrado
AMPHOS 21
Filtralite
DATAKORUM
TRANSWATER
Hidroconta
Fundación Biodiversidad
Likitech
Cajamar Innova
ACCIONA
ISMedioambiente
IRTA
KISTERS
Grupo Mejoras
Baseform
J. Huesa Water Technology
Catalan Water Partnership
s::can Iberia Sistemas de Medición
Molecor
Laboratorios Tecnológicos de Levante
Xylem Water Solutions España
Minsait
Consorcio de Aguas Bilbao Bizkaia
Fundación Botín
Amiblu
HRS Heat Exchangers
Red Control
Almar Water Solutions
Aqualia
GS Inima Environment
EPG Salinas
Prefabricados Delta
Fundación CONAMA
ONGAWA
ICEX España Exportación e Inversiones
Barmatec
Vector Energy
LACROIX
Idrica
SCRATS
Ingeteam
ADASA
FLOVAC
MOLEAER
Saint Gobain PAM
Rädlinger primus line GmbH
Hidroglobal
FENACORE
Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico
Centro Nacional de Tecnología de Regadíos (CENTER)
Kamstrup
TecnoConverting
Asociación de Ciencias Ambientales
Hach
AECID
Aganova
ESAMUR
Confederación Hidrográfica del Segura
IAPsolutions
ADECAGUA
Agencia Vasca del Agua
Sacyr Agua
Schneider Electric
Consorcio de Aguas de Asturias
TEDAGUA
CAF
Global Omnium

Se encuentra usted aquí

¿"Año de nieves, año de bienes" en pleno calentamiento global?

Sobre el blog

Javier Martín-Vide
Javier Martín Vide, Catedrático de Geografía Física, Instituto de Investigación del Agua (Universidad de Barcelona).

Publicado en:

Portada iAgua Magazine
  • ¿"Año nieves, año bienes" pleno calentamiento global?

El temporal Filomena y la intensa ola de frío subsiguiente nos ha retrotraído a los verdaderos inviernos que recordábamos de nuestra infancia. La nevada en el centro de España, particularmente en Madrid y Toledo, y en gran parte de la Meseta meridional y hasta el sur de Tarragona, ha sido muy importante, con períodos de retorno de su espesor en la capital que podrían superar el medio siglo y más. El observatorio de El Retiro registró un total de 50,5 mm de precipitación durante las 30 horas de nevada ininterrumpida, siendo los espesores del manto de nieve de 25 a 30 cm, y en algunos lugares del sureste de Madrid, de hasta medio metro. Las bajas temperaturas posteriores a la nevada alcanzaron valores mínimos en el llamado “triángulo del frío”, que tiene por vértices Molina de Aragón (Guadalajara), Calamocha (Teruel) y Teruel capital, inferiores a -20º C, y en algún punto, a -25ºC, convirtiéndose la nieve en duro hielo. En Madrid estos aún eran visibles en sus calles diez días después de la nevada.

La pregunta inmediata que llegó a los expertos, de la que los medios de comunicación se hicieron eco, fue si el calentamiento global, la manifestación más visible del cambio climático actual, había acabado; si Filomena contradecía el hecho, certificado por la ciencia a partir de un sinfín de observaciones meteorológicas y de indicadores naturales, de que vivimos en un planeta y en un país más cálidos que cuarenta años atrás. La respuesta de los expertos no se hizo esperar: de un solo episodio, por anómalo que sea, es difícil extraer conclusiones sobre el cambio climático, o, dicho de otro modo, es muy difícil atribuir un registro meteorológico, aun siendo excepcional, como los que comportó Filomena, al cambio climático, tanto para confirmarlo como para rechazarlo.

Es muy difícil atribuir un registro meteorológico, aun siendo excepcional, como los que comportó Filomena, al cambio climático

Así es, Filomena es compatible con un mundo progresivamente más cálido, porque el clima se compone de muchos tiempos normales o cercanos a los promedios de las variables meteorológicas y, con menos frecuencia, de tiempos extremos. La distribución de frecuencias de la temperatura nos muestra hoy un valor medio claramente más elevado que el existente en los años sesenta y setenta del siglo pasado. Pero, además, la distribución actual presenta una mayor varianza, es decir, unos valores más contrastados, por lo que pueden producirse de vez en cuando nevadas copiosas o heladas intensas, aunque sean los récords de temperaturas altas los que abundan año tras año.

Entre los refranes meteorológicos y climáticos de nuestro refranero, uno de los más rotundos es “Año de nieves, año de bienes”, que deriva, como tantos otros, de la experiencia y la observación secular de la naturaleza por parte de los hombres y mujeres del campo. Esa observación es un buen ejemplo de la idea utilitaria de predecir lo que ocurrirá mañana o dentro de unos meses, sea el tiempo meteorológico o el porvenir personal, que forma parte de la curiosidad humana por saber qué nos va a deparar el futuro. El refrán en cuestión, visto desde el medio rural, parece augurar, tras las grandes nevadas, un año de abundantes cosechas. Y no va mal encaminado, porque un buen manto de nieve supone, al fundirse, un aporte de agua manso y beneficioso al suelo durante días, lo que facilitará la siembra posterior de los cereales, y, además, una recarga eficiente de los acuíferos. En un país como el nuestro, modesto, en general, en recursos hídricos, la nieve en las montañas es una importante reserva de agua para el verano, así como, cuando cae en los llanos, supone un aporte neto, muy bien aprovechado, de agua al suelo y a los propios acuíferos.

La gran nevada que trajo Filomena acabó con cuantiosos destrozos en el arbolado urbano del área más afectada, con daños en infraestructuras y con la paralización del transporte, así como afecciones importantes en el comercio, pero, poniendo la mirada en los meses venideros, probablemente recordaremos el refrán positivamente por los recursos hídricos ganados, sobre todo, si la pandemia que sufrimos recula.